Será que tu piel
ya no habita en mi penumbra,
por eso la busco
en las rendijas de mi corazón...
Lejos ya silbaba tu memoria,
como un viejo tren alejándose
entre la bruma de mis sentimientos.
Sin retorno,
vagabundo y obstinado,
busco tus huellas
en la nieve fundida,
en los desiertos barridos por los vientos,
en las noches sin luna,
en la fuente de tus recuerdos...
Cuando el amor se va
los horizontes se desvanecen
como lágrimas entre la llovizna...
Muy bella poesía.
ResponderEliminarGracias, la belleza está en quién la ve.
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