Reparte su cadencia
dentro y fuera
y en los páramos desiertos
donde el Amor no llega,
sólo mi dulce viento
tras de tu quimera.
Si llueve luego
embarrado queda,
charcos en el silencio
y en la soledad goteras
por donde cuela el misterio
que en la mirada llevas.
Vibra con los besos
que pierdes en las aceras
de la calle del deseo
y su ritmo se acelera
si tus caricias en un cesto
cariñosamente me entregas.
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