¡Luchar!
Quién lucha
contra el silencio,
contra el indiferente hastío
de los besos;
moribundo amor
no te vayas que te quiero,
que aunque la muerte
me vengas ofreciendo,
¡pues ea! te amo y muero.
Poemario de una vida
lunes, 26 de noviembre de 2012
martes, 20 de noviembre de 2012
Ocaso
Después se sentaron
a contemplar el atardecer,
solo se oían sus respiraciones,
pausadas, serenas, libres.
En los remolinos del aire
sus sueños jugaban
a hacerse realidad,
en los mares sin nombre
las olas no alcanzan la orilla.
Ya se habían amado antes,
en otros tiempos,
en otros lugares,
en otras conciencias...
y se volverán a amar,
en otras formas,
en otros caminos,
en otras verdades...
En el horizonte el sol
se acostaba plácidamente...
Buenas noches Amor.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Sentir
No voy a ir
de mis lágrimas en pos
ya luché contra la tristeza
y por fin la vencí.
Deja que tras de ti
y envuelto por tu voz
me derrita la belleza
que en tus ojos conocí.
Lo sé, (esta vez sí)
el que habla es el corazón
desbrozado, sin maleza,
entregado al frenesí,
que tan sólo quiere oír
si también sientes Amor
vibrando con pureza
como yo lo siento en mí.
de mis lágrimas en pos
ya luché contra la tristeza
y por fin la vencí.
Deja que tras de ti
y envuelto por tu voz
me derrita la belleza
que en tus ojos conocí.
Lo sé, (esta vez sí)
el que habla es el corazón
desbrozado, sin maleza,
entregado al frenesí,
que tan sólo quiere oír
si también sientes Amor
vibrando con pureza
como yo lo siento en mí.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Noviembre
Cansado y viejo
el Tiempo se detiene
en los álamos desnudos,
se duerme plácidamente
y espera...
Ya no son tan cálidas
las soleadas mañanas
y la escarcha lo entumece.
Repite su memoria
el recuerdo de sus ojos,
donde la belleza mora,
y espera...
Espera que ella llegue
y lo mire dulcemente,
como siempre lo miró,
y revitalice sus sentidos.
Con una guirnalda florida
coronará entonces sus sienes,
vestirá de verde los álamos
y caminarán juntos de nuevo.
el Tiempo se detiene
en los álamos desnudos,
se duerme plácidamente
y espera...
Ya no son tan cálidas
las soleadas mañanas
y la escarcha lo entumece.
Repite su memoria
el recuerdo de sus ojos,
donde la belleza mora,
y espera...
Espera que ella llegue
y lo mire dulcemente,
como siempre lo miró,
y revitalice sus sentidos.
Con una guirnalda florida
coronará entonces sus sienes,
vestirá de verde los álamos
y caminarán juntos de nuevo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)