En la alambrada estoy
paralizado...
inmóvil y cobarde,
catatónico...
En el ocaso estoy
perdido y náufrago,
sin ojos para mirar...
Revienta entonces mi soledad
rabiosa...
hambrienta y caníbal,
paralelepípeda...
Llega la noche con su fiemo
y una ecuación de segundo grado;
opero, despejo, resuelvo...
raíz cuadrada de tus besos al cubo;
repaso, compruebo, confirmo...
raíz cuadrada de tus besos al cubo
...pero tu ya no estás
ni en la alambrada, ni en el ocaso.
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