Viene y sin llamar entra,
sin pedir permiso
y yo a la par sumiso
le dejo la puerta abierta.
En volandas se presenta
y con un corte conciso
el corazón me arrebata preciso
y con él sus fuerzas alimenta.
Sin calma tras la tormenta,
sin descanso, sin respiro
en todos mis huecos se aposenta
y sabiéndome de muerte herido
su postrer asalto acrecienta
hasta lanzar mi último suspiro.
Armoniosa combinación de sílabas, musicalidad y ritmo y para completar un maravilloso contenido. Muy bien logrado. ¡Felicitaciones! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por sentirlo así. Un abrazo.
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