Atrapar el momento,
retenerlo en mi retina,
sentir la magia repentina
que ahuyenta un tormento.
La gracia es su movimiento,
de amor es su chispa divina,
rosada su faz se adivina
que es la diosa de mis vientos.
Hará virar a sotavento
mi vieja goleta cansina,
mi timón entero domina
poniendo rumbo a su puerto.
En su dársena amarro contento,
de mi mano dulce camina,
si nos ves doblar la esquina
no esperes nuestro regreso.
Que el rumbo sea el adecuado y no quepa lugar para el regreso...
ResponderEliminarSaludos
Ya está el rumbo fijado... la felicidad es el destino. Gracias, un abrazo.
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