Me acuerdo...
Fue en las orillas de tus senos
que mis besos llegaron
náufragos y hambrientos.
Fue de blanca miel, seda y oro,
que de ellos manaba,
Fue en las orillas de tus senos
que mis besos llegaron
náufragos y hambrientos.
Fue de blanca miel, seda y oro,
que de ellos manaba,
su alimento.
Fue en su temblor,
terremoto pautado y armónico,
que resucitaron sus anhelos.
Fue la isla desierta de su salvación,
el anatema de la soledad
al fin vencida.
Me acuerdo y bendigo ese día...
Fue en su temblor,
terremoto pautado y armónico,
que resucitaron sus anhelos.
Fue la isla desierta de su salvación,
el anatema de la soledad
al fin vencida.
Me acuerdo y bendigo ese día...
(A Luisa Fernanda)
© Miguel Ángel Flórez Rubio
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