Apenas un ápice,
muerto indómito
secuaz de la hierba virgen,
donde nadie llega.
Tampoco el mar
lejano, ausente.
Extender sin entender
es prescindir de la coraza,
¡valiente irresponsable!
Muerto indómito.
Y los cobardes ríen.
©Miguel Ángel Flórez Rubio
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