cambié mi sonrisa por saber de ti,
por tener tu presencia empeñé mi cordura...
y no llegas, tal vez nunca exististe,
sólo fuiste un vano reflejo de mi locura...
acabaré mi aventura sin decir adiós
perdido en la fragancia de una ilusión.
Si al fin me vienes a buscar,
encuentra primero mi voluntad
entre la maraña de tus deseos,
fieros y ausentes.
Luego ámame
hasta que sangren los sentimientos.
Me encanta el equilibrio entre desesperación y resignación de tu poema.
ResponderEliminarGracias.
Es un poema muy realista y verdaderamente hermoso.
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