No voy a ir
de mis lágrimas en pos
ya luché contra la tristeza
y por fin la vencí.
Deja que tras de ti
y envuelto por tu voz
me derrita la belleza
que en tus ojos conocí.
Lo sé, (esta vez sí)
el que habla es el corazón
desbrozado, sin maleza,
entregado al frenesí,
que tan sólo quiere oír
si también sientes Amor
vibrando con pureza
como yo lo siento en mí.
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