No fue su conjunto...
Tampoco la sombra que no dio.
Si en el racimo de tu sonrisa
se colara mi alma
tallaría la felicidad en mi mirada,
sin cincel y martillo.
A puro de soñarte
y llamarte en las soledades,
llegaste, como fruto tardío,
para dominar la ilusión,
para desterrar la tristeza,
para traer la unión.
A Luisa Fernanda Barón, mi gran amor
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